La economía en la Segunda Guerra Mundial.
Si
hay un recurso que fue vital en la Segunda Guerra Mundial, es el petróleo, pues
era imprescindible para obtener gasolina y plásticos. Los aliados disponían de
abundantes reservas de petróleo y la geografía les favorecía. La Unión
Soviética producía el 10% del petróleo mundial.
Esta
situación dejaba a los países del Eje (Alemania, Italia y Japón) en clara
desventaja, dado que dependían del petróleo extranjero. El embargo impuesto por
Estados Unidos a Japón dejó al país en una situación delicada, mientras que la
Alemania nazi se abastecía del petróleo de los países ocupados. La escasez de
petróleo en las naciones del Eje provocaría situaciones como que los tanques
alemanes se quedasen sin gasolina o que los aviones japoneses terminasen
estrellándose en el mar por falta de combustible.
Otro
materia prima decisiva era el caucho. Se obtenía en Malasia y la conquista
japonesa de la península malaya supuso un terrible varapalo para los aliados.
Sin embargo, Estados Unidos logró alcanzar una serie de acuerdos económicos con
Brasil para abastecerse de caucho, así como los aliados fueron capaces de ser
los primeros en desarrollar el caucho sintético.
La
producción agrícola y ganadera era fundamental para mantenerse en la contienda.
Estados Unidos se convirtió en el gran granero de la democracia, aumentando la
producción de algunos tipos de cereales y de ganado hasta en un 25%. Sin duda
alguna, Estados Unidos contribuyó a alimentar a todos los países aliados excepto
China.
Pese
a que los agricultores británicos hicieron esfuerzos por limitar su dependencia
de los alimentos importados, se produjeron importantes restricciones en la
dieta de los ciudadanos británicos. Esta escasez de alimentos dio lugar a la
aparición del mercado negro.
Gran
cantidad de alimentos de los países ocupados fueron enviados para su consumo en
Alemania. Los países que se hallaban bajo el dominio del Tercer Reich sufrieron
un terrible empobrecimiento, pese a que los jerarcas nazis hablaban de crear
una unión económica europea que mejorase el nivel de vida. Esto no resultó ser
cierto, la ocupación resultó un lastre, muchos países de Europa occidental se
vieron obligados a entregar entre un cuarto y un tercio de su recaudación y
Alemania se quedó con buena parte de su producción agrícola. Todo esto provocó
un terrible aumento de la inflación e hizo que surgiese el mercado negro.
Japón
era un país superpoblado con una gran escasez de recursos, por lo que dependía
en gran medida de su flota mercante para abastecerse. La campaña de ataque de
los submarinos estadounidenses en 1944 contra los mercantes nipones causó
estragos entre la población japonesa.
Países
como Estados Unidos registraron un gran crecimiento económico en la Segunda
Guerra Mundial. El conflicto supuso que millones de hombres dejasen sus
trabajos en las fábricas para marchar al frente, con lo que muchas mujeres
ocuparon sus puestos. Mujeres a las que les había sido imposible encontrar un
trabajo durante la Gran Depresión consiguieron un empleo en la industria
norteamericana. Tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos, las jornadas
laborales se caracterizaron por su larga duración. Los salarios de los
norteamericanos aumentaron en mayor proporción que el coste de la vida, sin
embargo, el país no estuvo exento de conflictos sociales.
Hubo
empresarios que apoyaron la causa aliada, como el estadounidense Andrew
Higgins, un ingeniero que diseñó las lanchas de desembarco que se utilizaron en
numerosas operaciones anfibias como el Día-D.
Muy
alejado de la realidad de las fábricas de las democracias occidentales se
encontraban regímenes dictatoriales como Japón, Alemania o la Unión Soviética.
La Organización Todt, cuyos trabajadores vivían en régimen de esclavitud, se
encargó de la producción de material bélico así como de la construcción de
bases de submarinos y de las defensas costeras del Muro Atlántico.
Los
trabajadores alemanes eran supervisados por el Frente Alemán del Trabajo y por
la Corporación de Alimentos del Reich. Los supervisores eran casi
exclusivamente miembros del Partido Nazi, lo que indica que la producción y la economía
se hallaban bajo control del Gobierno.
Japón llegó a sufrir escasez de mano de obra, por lo que llegaron a utilizar a más de 800.000 trabajadores coreanos como obreros industriales. La Asociación para la Asistencia de la Autoridad Imperial se encargaba del control de los servicios sociales y humanos básicos. Si se producían protestas que pudieran causar problemas que afectasen a la economía, el Gobierno nipón los reprimía de manera implacable.
La
situación de la mano de obra se agravó en 1944, cuando los bombarderos
estadounidenses tenían al alcance las islas principales de Japón, las ciudades
y las fábricas niponas fueron arrasadas desde el aire, y muchos trabajadores
abandonaron las ciudades y se refugiaron en las zonas rurales. A pesar de la
represión policial, no lograron resolver el ausentismo laboral, ni la huida de
los obreros en busca de alimentos.
La
Unión Soviética hizo un heroico esfuerzo a nivel industrial, aunque al tratarse
de un régimen dictatorial, más de dos millones de trabajadores soviéticos
fueron encerrados en campos de trabajo denominados Gulag.
Las
democracias occidentales: Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos formaban parte
de sistemas económicos de libre mercado, mientras que los países sometidos a
regímenes dictatoriales como Japón, la Unión Soviética, Alemania e Italia
dejaban la planificación de la economía en manos del estado.
Como
ejemplo de economía planificada cabe destacar la Unión Soviética, que no tuvo
dificultad en adaptarse a la economía de guerra. El Plan Quinquenal de 1938
había preparado al país para un más que posible conflicto bélico. Sin embargo,
en 1941, fue duro para los soviéticos perder parte de sus fábricas a manos de
los alemanes, aunque sí que consiguieron desplazar instalaciones industriales
completas a los Montes Urales que continuaron proporcionando armas y
suministros al Ejército Rojo.
La
industria orientada a la producción de bienes de consumo fue sustituida por la
industria pesada. La investigación y el desarrollo fueron aspectos decisivos en
el desarrollo de la guerra, en este sentido había tres países que llevaban
ventaja: Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos.
La
gran potencia económica e industrial resultó ser Estados Unidos, sus niveles de
producción eran inalcanzables, pese a que Alemania, en un año tan nefasto como
1944 logró alcanzar cifras récord de producción.
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